sábado, 13 de marzo de 2010

A vosotros, padres de adolescentes

Si preguntásemos a padres y educadores cuál es la etapa más difícil y que más esfuerzo les supone en sus tareas educativas, seguramente, nos dirían la adolescencia. Ese periodo de desarrollo necesario y fundamental para llegar a ser adultos.

El cambio que supone, para el joven, el viaje por la adolescencia es, sin duda, un trayecto arduo y costoso.

Si lo analizamos, detenidamente, nos daremos cuenta que es un camino hecho para héroes. Ellos inician ese trance desde unas estructuras personales (físicas, sociales, emocionales, mentales) inmaduras. Se encuentran con un mundo que, casi siempre, les desborda. Deberán desarrollar cualidades que poco tienen que ver con lo que la sociedad les dibuja.

El adulto analiza el comportamiento de los jóvenes desde su propia perspectiva y muchas veces olvida la dificultad del desarrollo de ese proceso.

Los padres nunca tenemos suficiente en cuanto a la exigencia y formación de los hijos pero, de vez en cuando, deberíamos alejarnos un poco para conseguir una perspectiva más objetiva del tipo de adolescente que tenemos en casa. No es cuestión, tampoco, de comparar a nuestro hijo con el conjunto de adolescentes que nos muestra el mundo mediático (porqué, la verdad, el listón está por los suelos) pero sí de analizar la totalidad de nuestro hijo. Puede ocurrirnos que nos ciegue ese constante deseo que tiene, por ejemplo, por ponerse un pendiente y no veamos muchos otros aspectos que cualquier otro padre envidiaría. Por eso, siéntete orgulloso de la grandeza de adolescente que tienes.



1 comentario:

Hosting Colombia dijo...

Siento que en esta etapa se desarrollan mil emociones y no es sorpresa para nadie ya que todos en algún momento de su vida tuvieron que pasar por ella, es una etapa donde se cometen errores, donde no se escuchan consejos y en donde nos creemos con la libertad que aún no somos capaces de afrontar, nos creemos adultos pero actuamos como niños, pero de alguna manera es una experiencia bonita que se vive y nos deja mcuhas enseñanzas para enfrentarnos a lo que viene después como adultos.