La colaboración de los hijos en la ambientación hogareña es fundamental.
A la señal de… ¿vamos a poner el árbol de Navidad? Se lía una en casa que ya no hay quien lo pare. Buscar el árbol, encontrar las bolas, las estrellas, las luces… ¡qué follón!
Los padres tienen la idea de hacer una auténtica obra de arte. Un árbol que sea la envidia del vecindario. Que todos al verlo se queden con la boca abierta pero…¿es eso posible teniendo como diseñadora jefa a tu hija de 8 años, de jefe de obras a tu hijo de 6 y a la supervisora general al de 2? Dios sabe que esto es imposible.
En esta época en la que los protagonistas son ellos, dejemos que colaboren con su estilo “personalista”. Creo que lo ideal sería que todos pudieran decir ¡esto lo he hecho yo!; Esa bolas colgadas de una rama o esas estrellas de la parte superior o quién inaugura las luces.
En fin, suerte a todos y feliz Navidad.
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