Siguiendo el villancico, estos son los días más entrañables del año. Una cena y una comida que son algo más que un menú especial. Son unos actos en los que lo que cuenta son las personas que se reúnen en la mesa para celebrarlo.
Hablamos hace tiempo de la celebración del cumpleaños. Esa celebración en la que el protagonista es, por supuesto, el que cumple años ese día. La festividad de la Navidad reúne a la familia como si del cumpleaños de todos se tratara. Todos se sienten orgullosos y felices de sentarse junto a los que “están”.
La Navidad consigue reunir a tres generaciones (abuelos, padres e hijos) e incluso, a veces, a cuatro. No hace falta decir que los que mejor viven esta celebración son los niños. El deber de los padres es saber transmitir ese sentimiento mágico que teníamos nosotros cuando teníamos su edad.
Llegarán fechas, años, en las que no podremos reunirnos todos los que quisiéramos. Estas fechas también nos traen sentimientos de nostalgia tristeza por los que no están. Pero aunque sólo sea por los hijos, debemos actuar y pensar que se merecen una Navidad como la que vivíamos nosotros a su edad. Ese es el camino para que aprendan y en el futuro transmitan esa magia a la siguiente generación. La Navidad se lo merece.
¡Feliz Navidad!
PD: Nos veremos el jueves pues en mi territorio es festividad el día de Navidad y San Esteban.
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