En los últimos años hemos ido bajando nuestro nivel de exigencia en todas las facetas. Hoy en día nos conformamos con muy poco. Es la cultura del “todo a 1€”.Los hay que intentan asustarnos con el hecho de que el gigante asiático (China) se está despertando y está inundando nuestro comercio con sus productos a precios sin competencia. Pero la verdad es que hemos sido nosotros los que nos hemos “orientalizado”.
Veníamos de unas décadas donde éramos mucho más exigentes con todo lo que nos competía y ahora, parece que nos importe muy poco todo ello. Nos conformamos con nada. Escuchábamos discos de vinilo, pasamos a los CD’s y actualmente nos conformamos con bajarnos una canción en Mp3 con una calidad 10 veces inferior a la de aquel disco. Somos capaces de ver una película en divx con una calidad y sonidos que dejan mucho que desear, y dejamos de ir al cine. Nos hablan de televisión digital cuando en esos canales digitales nos inundan de videos pixelados de Youtube. Somos los primeros que si podemos comprarnos un bolso Chanel en una calle de Roma, no iremos a buscar otro (aunque sea mejor pero no sea de esa marca) en una tienda. Todo esto por no hablar de la comida que le ofrecemos a nuestros cuerpos: ahora todo es comida rápida, de microondas y de bocatas.
Ahora fijémonos en algunas situaciones del día a día y hagamos el esfuerzo de compararlas con las de hace un tiempo. Antes y ahora en:
- ¿educación y exigencia infantil de antes y ahora? (sin comentarios)
- ¿Fotografía a papel y diapositiva o fotografía digital?
- ¿Riqueza literaria y material de una carta o frialdad de un e-mail o sms?
Así pues, ya hace años que venimos orientalizándonos y lo curioso de todo ello es que nos dicen que vivimos mejor, con mayor bienestar y mayor poder adquisitivo. ¡Sí, pero más tacaños!
Veníamos de unas décadas donde éramos mucho más exigentes con todo lo que nos competía y ahora, parece que nos importe muy poco todo ello. Nos conformamos con nada. Escuchábamos discos de vinilo, pasamos a los CD’s y actualmente nos conformamos con bajarnos una canción en Mp3 con una calidad 10 veces inferior a la de aquel disco. Somos capaces de ver una película en divx con una calidad y sonidos que dejan mucho que desear, y dejamos de ir al cine. Nos hablan de televisión digital cuando en esos canales digitales nos inundan de videos pixelados de Youtube. Somos los primeros que si podemos comprarnos un bolso Chanel en una calle de Roma, no iremos a buscar otro (aunque sea mejor pero no sea de esa marca) en una tienda. Todo esto por no hablar de la comida que le ofrecemos a nuestros cuerpos: ahora todo es comida rápida, de microondas y de bocatas.
Ahora fijémonos en algunas situaciones del día a día y hagamos el esfuerzo de compararlas con las de hace un tiempo. Antes y ahora en:
- ¿educación y exigencia infantil de antes y ahora? (sin comentarios)
- ¿Fotografía a papel y diapositiva o fotografía digital?
- ¿Riqueza literaria y material de una carta o frialdad de un e-mail o sms?
Así pues, ya hace años que venimos orientalizándonos y lo curioso de todo ello es que nos dicen que vivimos mejor, con mayor bienestar y mayor poder adquisitivo. ¡Sí, pero más tacaños!
© Photo: http://www.flickr.com/photos/distinguish/
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