La actitud de los padres, familiares y personas cercanas a ellos será la responsable de lo que el individuo llegue a pensar de si mismo. Por ello será fundamental cuidar la calidad de la atención que los padres prestamos a los hijos.
Diferentes estudios demuestran que no son factores significativos los aspectos socioeconómicos o el nivel educativo o el tiempo de dedicación para el desarrollo de un concepto positivo o negativo. Lo que realmente importa es:
- La actitud y como es percibida por los hijos.
- El autoconcepto que los padres tenemos de nosotros mismos (padres con baja autoestima transmiten, sin darse cuenta, lo mismo a los hijos)
- El nivel de ansiedad de los padres y en especial de la madre (al ser la que más tiempo pasa con ellos)
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