No busquemos solemnes definiciones de la libertad. Ella es sólo esto: Responsabilidad.
George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés.
Muchos somos los que hemos oído de nuestros hijos la célebre frase: yo ya soy mayor. Pero ¿qué significa eso?, ¿cómo saber efectivamente que han crecido lo suficiente para tomar sus propias decisiones?
La adolescencia es la edad en la cual se manifiesta de una forma más exagerada el deseo de ser tratados como mayores. Efectivamente, ya lo son para muchas cosas… aunque para otras, sabemos que son todavía demasiado jovencitos.
Lo que buscan en definitiva nuestras hijas e hijos con ese trato adulto, no es más que lo que ellos entienden por “libertad”. Libertad para hacer en cada momento lo que les parece más oportuno. Ante esta demanda, debemos sentirnos orgullosos. Orgullosos porqué vemos que crecen y adquieren las características que cada etapa comporta. Y eso es bueno. Mal iríamos si notásemos que no van en esa dirección.
El secreto está en el prólogo del artículo.
Pero… ¿es únicamente su responsabilidad lo que dará el pistoletazo de salida a su edad adulta?Por supuesto que no. ¿Aceptaríamos como correcta, la confirmación del propio responsable de un delito? ¿Aplaudiríamos sus actuaciones?¿Actuaría como debería un ser adulto?
La responsabilidad no es únicamente aceptar y responsabilizarse de sus actos. La responsabilidad del adulto, que deseamos para nuestras hijas e hijos, es la de actuar en consonancia con el bien, en lo que nos han enseñado, en lo que hemos aprendido, en lo que el sentido común nos indica que es bueno. Esa es la libertad/responsabilidad que esperan los padres, algún día de sus hijos.
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