Yo-Yo Ma junto a Condoleezza Rice. A los 4 años de edad estudió violín y viola antes de aprender cello. Comenzó a sobresalir en el mundo de la música desde una edad muy temprana. Ha ganado numerosos premios y distinciones (entre ellos varios Grammy), ha grabado numerosos discos y ha actuado en los teatros y óperas más grande del planeta. Es considerado uno de los mejores violonchelistas del mundo.
Las personas, desde los primeros años de vida, mitificamos o endioasamos a seres , personajes, familiares o amigos.
Durante la infancia, los dibujos animados y principalmente los padres son el modelo a seguir. Son los auténticos heroes de los hijos. Pero van creciendo… y su mitos pasan a ser otros: compañeros de clase, cantantes, peronsajes televisivos de fama barata… En ellos descubren alguna cualidad que les fascina e, incapaces de ver más allá, se centran en ese aspecto que les hace tan atractivos.
Pero la evolución de los mitos no termina ahí. El adulto, durante sus estudios o en el trabajo mitifica a nuevos líderes que se cruzan en sus vidas: ese profesor universitario, ese jefe de equipo o ese director de empresa.
Y este proceso de endiosamiento no cesa hasta el fin de nuestros días. En nuestra vida familiar podemos mitificar a personajes, compañeros o celebridades históricas, culturales o religiosas que nos “calan” en nuestro ser más interior: ¿Qué puedo hacer para ser cómo aquel?
Un aspecto es esencial y debemos tener claro para poder transmitir a los hijos: tú eres quien y como eres.
El peor error que puedes cometer es querer ser como otra persona: “Es bueno adquirir detalles que nos hagan mejorar, detalles de los que nos rodean, que nos ayuden a descubrir nuestra propia voz.” (Yo-Yo Ma)
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