Hace unos años, siguiendo la corriente sobreprotectora de la sociedad, la pedagogía puso de moda el “aprender jugando”. Una forma de enseñar que, al contrario de lo que había antes (“la letra con la sangre entra”) trabaja la motivación, el estímulo y, como no, aprender conceptos mientras uno lo pasa bien. ¿Quién no se apunta a este sistema?
Así, actualmente, hemos llegado a oír, por parte de padres, tutores o profesores frases como:
- este chico no trabaja porqué no está motivado
- el problema es que no han logrado encontrar la mejor manera para que el niño aprenda…
Una vez más, siempre buscamos la fórmula menos costosa para aprender o actuar. ¿Dónde cabe, en esta filosofía, el esfuerzo? En mi opinión, este sistema puede ser muy útil al inicio del aprendizaje pero, a la larga, será más importante inculcarles la cultura del esfuerzo que el de la diversión.
Gran parte de los problemas que sufren los padres en relación con los hijos son debidos a la sobreprotección. Los hijos no han aprendido a obedecer a los padres. Lo único que esperan es responder al estímulo del divertimento. Por tanto, si lo que dice papá o mamá no me divierte… ¿Por qué obedecerles?
Pero en una cosa sí estamos de acuerdo: los niños no son los culpables de esta forma de educar.
© Photo: http://www.flickr.com/photos/sarmax/
1 comentario:
Dani One! acabo de descobrir el teu bloc, no tenia ni idea que en tinguessis un!! jo me'l vaig fer fa quatre dies, a veure si el tiro endavant...ja veig que a tu no et costa gens fer-ho o, si més no, ho vas fent. Ja aniré passant per aquí més sovint!
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