domingo, 20 de septiembre de 2009

Disculpas aceptadas


La verdad es que da gusto ver la sencillez y la forma que tienen, los más pequeños, de arreglar sus rifirrafes con los demás. Hace unos días pude observar la rapidez con la que un muchacho de 6 años le pedía perdón a su compañero y al instante salían los dos a jugar juntos. ¡Cuánto tenemos que aprender los mayores!: “el educador se pasa la vida aprendiendo de sus alumnos”.
En el discurso que Randy Pausch pronunció en la Universidad de Carnegie Mellon (USA), “la última conferencia” (muy popular en youtube), destacó cuáles eran los elementos claves para pedir perdón:
1.- La culpa fue mía: Darse cuenta que uno ha metido la pata.
2.- Lo siento: Pedir disculpas a la persona ofendida.
3.- ¿Cómo lo arreglo? Muchas personas olvidan este último paso. Se quedan en los dos primeros.
Creo que la tercera idea es la que engrandece más el disculparse alguien. Hacer algo para o por el otro es, en definitiva, darse a él.

2 comentarios:

Carlos Andreu dijo...

Daniel Juan. El "maestro" Pablo Cardona, añade a esa impecable lista de 3 pasos, uno muy importante: Olvido. ¿Cuantas veces te perdono pero no te olvido?. Y ese "no olvidar" nos lleva a ir llenando nuestra lista de agravios que muchas veces hace insostenible la convivencia...

Daniel Juan Santigosa dijo...

En un artículo anterior analizaba ese aspecto:

Henry Ward Beecher (religioso estadounidense) afirmó: Decir, puedo perdonar pero no olvidar es sólo otra forma de decir “no puedo perdonar”.

http://asesorfamiliar.blogspot.com/2008/09/el-precio-del-perdn.html

Un saludo