
Luís comentó que, al terminar este año Bachillerato, desearía ir a estudiar a otra ciudad. Sus padres vinieron a verme porqué no sabían cómo afrontar esa situación. Ellos habían pensado que su hijo terminaría estudiando arquitectura al lado de casa y trabajaría en el despacho de su madre (arquitecta). Él nunca lo había dicho a sus padres pero me comentó que no quiere ni acercarse a la facultad de arquitectura: ¡Ya he oído suficiente sobre estructuras, edificios mal diseñados, que si tienen poca luz, etc!
La verdad es que, cuando nuestros hijos son pequeños, dominamos con mayor o menor fortuna su desarrollo. Podemos dirigir y corregir, en cierta medida, el “viaje” que van realizando. Pero, con los años, aumentan su autonomía y empiezan a elegir su propio sendero.
Los padres debemos entender que cada uno seguirá su camino. Si esperamos que sigan el nuestro, nos equivocaremos: “Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo” (Madre Teresa de Calcuta) .
Repitámonos esa idea en nuestro interior porqué, ese vivir su propia vida, llegará tarde o temprano.
1 comentario:
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