sábado, 24 de abril de 2010

Medallas de oro

Rodeados de personas generosas, virtuosas, profesionales... en definitiva personas a las que admiramos. Personas de las que aprendemos e imitamos muchos de sus haceres diarios.

Esta semana me han impactado las noticias de dos personas que nos han dejado:

Por un lado el presidente Joan Antoni Samaranch. Gran profesional, respetado por el mundo entero, carismático,...

Por otro una madre de familia, con un gran corazón, entregada a sus hijos, a su marido, a sus amigos.

Me impresiona la de aspectos y secretos que conocemos después que, las personas queridas, nos dejen. Salen a relucir todas sus virtudes, detalles, gestos por los que eran queridos y, sin embargo, los damos a conocer y se lo agradecemos cuando ya no están. Todos necesitamos que, en vida, nos den un palmadita en la espalda, un abrazo, un signo de agradecimiento por aquello que, de vez en cuando, hacemos bien.

Mira a tu alrededor, a izquierda y derecha y no esperes a darle las gracias, por ser como es, a aquella persona a la que admiras y te ayuda con su ejemplo.

Sr. Samaranch i Gina Depares, muchas gracias por ser como erais.



4 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas gracias por tus palabras sobre Gina y por hacerme pensar. Norma Depares

Daniel Juan Santigosa dijo...

Norma,
nos ha dejado una magnífica herencia.

Unknown dijo...

Tiene toda la razón del mundo, pero aveces nos da verguenza comentar o alabar y dar las gracias por sus virtudes a los demàs, encambio las criticas i resaltar los defectos se hace gratuita y sencillamente.

Daniel Juan Santigosa dijo...

Tienes toda la razón.