Será el carácter, serán los genes, será la disciplina... hay hijos más fáciles de llevar que otros. Los padres lo sabemos perfectamente: no hay dos hijos iguales.
Cuando se reunen un grupo de padres e hijos, es inevitable que unos se fijen en los de los otros para comprobar que las actuaciones de sus propios hijos son las mismas que la de los demás. -¿Discuten, contestan, gritan como mis hijos?
Pero el análisis de la situación no termina ahí. A continuación, viene el juicio y la interpretación de los hechos. Empezamos a deducir la forma que tienen sus padres de actuar, lo que deberían haberle enseñado, lo que no deberían haberle permitido...
Siempre es más fácil educar a los hijos de los demás que a los propios. Y además, recuerda que el mérito está en el esfuerzo que pongamos para sacar adelante a aquel hijo que tenemos con unas características más complejas que aquel otro.
Todos seríamos capaces de educar a un “buen” (permitidme el uso de este adjetivo) niño... pero sólo los auténticos educadores serán capaces de conseguir educar al otro más rebelde.
3 comentarios:
Molt interessant, però a mi m'agradaria, per la meva professió, que tots fossin tranquils i respectuosos. Què podem fer?
Formar-nos per mirar-los d'ajudar.
Es verdad que el mérito está en saber educar cuando los hijos no lo ponen tan fácil. Esta entrada me recuerda mucho al evangelio en el que se nos dice:¿qué mérito tendreis si amais solo a los que os aman?...amad a todos sin condiciones...El esfuerzo en esta vida lo es todo, y sin él poco valor tendrán las cosas que hacemos. Gracias por tus valiosísimas reflexiones. Ayudan mucho a personas, como yo, que intentamos cada día adentrarnos un poco más en este mundo de la educación de los hijos y del valor de la familia.
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