sábado, 29 de mayo de 2010

Me lo cambio

¡Cuánto tenemos que aprender de las personas que viven en y por el campo! Su ritmo de vida, el contacto con la naturaleza, el esfuerzo... Un montón de cualidades que han desaparecido en la selva urbana en la que estamos inmersos. Hoy, sin embargo, quería fijarme en la costumbre que tienen de guardarlo todo. No tiran nada. Y es que, como dicen, nunca sabes qué podrás, en el futuro, hacer con él. También es cierto que tienen muchísimo más espacio que nosotros (nosotros usamos metros cuadrados cuando ellos hablan de hectáreas) pero ¿Cada cuánto jubilamos nuestros enseres?

Nuestra ropa, móviles, coches... ¿Están realmente inutilizables cuando nos deshacemos de ellos?

El campesino, con los restos de una cama metálica se hace una comedera para animales. Con una puerta, una jaula para aves.

Todos deberíamos vivir uno año de nuestra vida junto a ellos, para aprender y valorar esas grandes lecciones que nos ofrecen.



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