Esta semana llegó a mis oídos el concepto de “padres curling”: padres que se pasan la vida despejando cualquier adversidad o dificultad que pueda presentarse a los hijos. Todos tenemos un objetivo (diana) al que nos gustaría que nuestro hijo llegara: intelectual, personal, profesional... Con el lanzamiento inicial iniciamos su educación y cepillando el recorrido eliminamos las dificultades que puedan presentarse. Pero... ¿cuándo debemos dejar de cepillar? Y ¿a qué y a cuántas dianas hay que apuntar?
En el coaching familiar hay infinidad de definiciones que describen patologías (perdón por el atrevimiento) que sufrimos los padres; muchas de ellas parecidas, similares o, simplemente, iguales. Cada uno elige la que mejor describe aquello que le sucede o percibe a su alrededor: el síndrome de Marlin, el padre helicóptero, padres curling... ¡Atención a todas!
PD: gracias xo
1 comentario:
Un pelín histéricaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa,aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa,aaaaaaaaaaaaaaas. ¿No?
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