Empieza la temporada de Navidad. Hace ya tiempo que los comercios nos lo recuerdan con la decoración navideña de sus escaparates. En el lugar de trabajo, en las calles, en cualquier recinto público o privado se nos hace evidente que algo está ocurriendo. Son fechas totalmente distintas a las vividas el resto del año. No hay otra época en la que suceda lo mismo.
No hay mejor forma de orientar nuestro reloj interior que salir a la calle y pasear por los rincones de nuestro pueblo o ciudad. Todo nos recuerda que es Navidad.
La verdad es que, si para todas nuestras citas se volcara tanto el mundo, para evitar que las olvidáramos, no fallaríamos a ninguna. ¿Te imaginas al mundo recordándote que es el aniversario de tu esposa o de tus hijos?
Todo ello es el atrezzo. Ahora nos toca a nosotros actuar: propósitos, intenciones, solidaridad,... ¿Cómo prepararemos nosotros estas fechas? La familia, los amigos, la sociedad necesita Nuestra Navidad: La que preparemos en nuestro interior y la que emerja hacia los demás.
Así pues, ya sabes: no hay excusa para que se te olvide.
La verdad es que, si para todas nuestras citas se volcara tanto el mundo, para evitar que las olvidáramos, no fallaríamos a ninguna. ¿Te imaginas al mundo recordándote que es el aniversario de tu esposa o de tus hijos?
Todo ello es el atrezzo. Ahora nos toca a nosotros actuar: propósitos, intenciones, solidaridad,... ¿Cómo prepararemos nosotros estas fechas? La familia, los amigos, la sociedad necesita Nuestra Navidad: La que preparemos en nuestro interior y la que emerja hacia los demás.
Así pues, ya sabes: no hay excusa para que se te olvide.
1 comentario:
Efectivament, el Nadal és nostre. Tant de bo que tots sapiguem viure-la com cal. També amb manifestacions externes, però, sobretot, en el nostre interior.
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