Creo que a estas alturas, ya nadie negaría que la sociedad en la que vivimos busca, ante todo, su bienestar. Un bienestar que se traduce en esquivar cuanto antes el sufrimiento, el esfuerzo y todo aquello que suponga entrega de uno mismo.
Es por ello que existe un sentimiento de vivir a todo tren y de exprimir al máximo los momentos de diversión.
Cuando hablamos de educación de los hijos, en algunos padres se deja ver ese sentimiento de falta de esfuerzo e interés en ser el máximo responsable de la formación de ellos. ¿Y a quién pasan esa responsabilidad? Pues a los profesores, escuelas, instituciones, estado…
Recuerdo un padre que al presentarse en una reunión me facilitó una tarjeta del psicólogo de su hijo. Me dijo: para cualquier problema, llámelo. Es muy bueno y atiende a deshoras. Perdonadme si no detallo mi respuesta pero es evidente que esa persona no quería problemas. Busca a otros para que solucionen las dificultades que pueda tener la educación de su hijo.
¿Cuántos niños visitan al psicólogo, reeducador, terapeuta, asesor familiar, porqué sus padres creen que estos profesionales ya los “arreglarán”?En esa misma línea, el estado y las instituciones han tomado cartas en el asunto y se han ATREVIDO a pasar por delante de los padres en cuestiones educativas que conciernen exclusivamente a los padres. Es por ello que el ayuntamiento de Girona, el curso 2006-07 aconsejaba a nuestros jóvenes a acudir a los “consejeros” de la administración ANTES que a los padres.
Ahora, una vez más, el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, se ha extralimitado al repartir a los nuestros jóvenes un panfleto sobre, lo que ellos llaman, “Educación sexual y prevención del Sida”. Lo triste (si se puede llamar así) de todo ello es que incluye valoraciones sobre el concepto del amor interpersonal de pareja desvinculado de la familia, el enamoramiento, la homosexualidad y la heterosexualidad. Aspectos formativos que compiten a los padres. ¿Quién, mejor que los padres, puede educar sobre el auténtico amor?
El panfleto “dice” querer dar información sobre la transmisión de enfermedades sexuales… Es curioso que entre todas las ideas que nos vende el folleto NO aparezca “el valor de la espera” para la primera relación sexual.
Desde aquí os animo a no dejaros adoctrinar ni a dejar que OTROS lo hagan con vuestros hijos.
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