Con mucha frecuencia hablo con padres que me comentan: hemos ido al cine, o al parque de atracciones o a comer una pizza y al llegar a casa todo son caras largas. Esta actitud es muy común en los niños pequeños.
Después de haberlos dejado en casa de un amigo, pensando que al vernos se nos tirarán al cuello agradeciéndonos lo bien que se lo han pasado, ¡al contrario!. Resulta que lo que nos encontramos son reproches del tipo: ¿por qué has llegado tan pronto? ¡Hemos sido los primeros en irnos!
Cuando tienen la edad suficiente para entenderlo, es bueno adelantarles cómo va a terminar todo. Ejemplo: si vamos a las atracciones, es importante dejar claro, antes de salir de casa, a cuántas atracciones van a subir. Si van a casa de un amigo debemos decirles a qué hora vamos a irlos a buscar, etc.
Aún así, tenemos muchos números para que después se enfaden con nosotros. Es normal, son niños y siempre quieren más. Nuestro deber es cumplir lo que hemos acordado.
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