La resiliencia es la capacidad de las personas a sobreponerse frente un acontecimiento doloroso o costoso. Esta actitud de superación constante es fruto de una educación, a veces intencionada y a veces no, adquirida durante la infancia. El ejemplo de los padres, abuelos y en definitiva todo el entorno de los pequeños ante cualquier situación, es una pauta que seguro repetirán ellos cuando crezcan.Situaciones como un chillido realizado en casa delante de los hijos por ver una cucaracha, el asustarse al ver un simple corte, el tener un rostro triste por rutina, son situaciones que poco ayudan a que se desarrolle la resiliencia en los hijos.
Para educar en esa línea, no nos engañemos, es necesario pasar momentos duros y desde luego no deseados. El optimismo de unos padres ante la enfermedad dolorosa de algún pariente cercano, la paz que desprenden ante la muerte de un familiar, la tranquilidad que transmiten ante un imprevisto desagradable es el mejor ejemplo. Pero tengamos en cuenta que hay muchos aspectos del día a día en los que también podemos educar. Sólo hace falta proponérselo y analizar periódicamente cómo llevamos la educación de los nuestros.
Para educar en esa línea, no nos engañemos, es necesario pasar momentos duros y desde luego no deseados. El optimismo de unos padres ante la enfermedad dolorosa de algún pariente cercano, la paz que desprenden ante la muerte de un familiar, la tranquilidad que transmiten ante un imprevisto desagradable es el mejor ejemplo. Pero tengamos en cuenta que hay muchos aspectos del día a día en los que también podemos educar. Sólo hace falta proponérselo y analizar periódicamente cómo llevamos la educación de los nuestros.
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