Es evidente que en nuestro decálogo para formar a futuros delincuentes (siempre buscando el lado positivo) no podíamos olvidarnos de la lectura.6: Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
Recuerdo, no hace mucho, ver a un chico de 11 años al que le apasionaba la lectura. En su rato de descanso en el colegio aprovechaba para leer el último libro publicado de Hannibal Lecter. Para los que no lo conozcan, solamente decirles que se trata de una asesino que se come a sus víctimas. Está claro que los padres de este chico nunca se preocuparon de conocer el contenido del libro que le habían comprado a su hijo.
Hoy en día, son muchos los lugares donde podemos encontrar información sobre los mejores libros de lectura para nuestros hijos. Las editoriales son las primeras en clasificarlos por edades. Pero no basta con ello. Debemos dejarnos aconsejar por alguna persona de confianza (amigo, librero con experiencia, educador…) que nos pueda asesorar sobre ellos.
Muchas veces, los padres de niñas y niños que leen mucho, ya están contentos con la cantidad de libros que leen y no prestan la suficiente atención al contenido de esos libros.
Igual que la TV o las Nuevas Tecnologías, los libros pueden destrozar la educación que los padres y educadores intentamos dar, si no se controlan las sus lecturas.
Dejadme daros un último consejo: libros hay millones y de buenos libros hay muchísimos. No tengáis prisa en empezar a dar a los jóvenes libros que a vosotros os parecen muy buenos. No os adelantéis a la edad lectora de los niños. Dejemos a Harry Potter y compañía para cuando tengan suficiente edad. No porqué no sean buenos libros sino porqué a los 7 años, por ejemplo, hay muchos otros libros que debería estar leyendo.
Prometo, en breve, publicar un listado de libros, con auténticas obras maestras, que no pueden faltar en nuestra lectura y en la de aquellos que apreciamos.
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