Estoy sentado en el porche de la casa de mi cliente, mientras me enseña el último frutero que ha plantado en su jardín. Es un manzano precioso, fuerte y sin duda alguna, con perspectivas de dar, en un futuro, gran cantidad de fruta. Verdaderamente es bello; sólo hay un aspecto en el que intento que se fije: ¿No crees que ese manzano crece torcido? Él me comenta que ya se había percatado pero que esperará a que crezca más para ponerle un “tutor” que le guíe en su correcta dirección. ¿No crees que será más fácil ayudarlo desde el principio?
Cuántas veces he visto esa forma de plantar fruteros a mis clientes. ¿Por qué no poner el tutor, los medios, la ayuda desde su inicio? Esperamos a tener los problemas encima para entonces poner el remedio. Puedes dejar que pasen muchos años sin tocar el manzano y después intentar ponerlo recto pero, sin duda, el esfuerzo y los medios que tendrás que utilizar serán 10 veces mayores que si los hubieras puesto el primer día; ¡Sin asegurarte que vuelva a ponerse erguido!
Así pues, prepara la tierra, abónalo, riégalo, lee e infórmate de los pasos que debe seguir para su correcto desarrollo y acompáñale en su crecimiento.
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