Me sorprendía el comentario que hacía una mujer, con marido y un hijo de 7 meses, a su recién casada hermana: ¡Qué suerte vosotros que podéis ir de viaje! ¡Qué suerte vosotros que podéis salir a cenar! Estaba claro que esa pareja no había conseguido adaptarse a la nueva situación. Todo habían sido adaptaciones y dedicaciones hacia el nuevo hijo pero… ¿y la pareja?
No metas tus deseos en un baúl sin fondo. Persigue tus deseos, vuestros deseos. Es cuestión de proponérselo. Las demás parejas lo hacen. Los hijos no pueden ni deben ser un freno a la relación de pareja necesaria para un buen matrimonio.
2 comentarios:
Pues que esas cenas y salidas se las lleva el bebe que necesita que sus padres le eduquen en la rutina, el cariño y la atencion que requiere un ser de su edad. Eso, si no tiene hermanos que copan el resto de minutos cuando él duerme.
Añorar aquellos viajes no es malo, sólo es reconocer un estado que ha pasado a ser gaseoso y que dentro de un tiempo volverá a ser sólido.
un saludo, Maria.
Efectivamente, María, el pequeño y sus hermanos necesitan nuestra atención. Pero... ¿Tenemos nuestros momentos? A veces será ir a comer un bocata, otras una película y los que pueden montárselo, alguna salida que otra.
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